Es una de las pocas ocasiones que no convocaba nadie. Ningún grupo, ninguna pancarta firmada, ningunas siglas partidistas. Los panfletos eran copias de escritos "bajados " de Internet. No tenían dueños, las ideas eran de todos los que suscribían un manifiesto contra el nuevo orden globalizado que impone la dictadura global del dinero, el miedo , la sumisión y el estado represivo y policial crecientes. La convocatoria era anónima pero no tanto.
Llegaba a través de Internet a cientos de direcciones electrónicas y páginas rebeldes al orden establecido. Reconocí entre los asistentes rostros de muchos años . De otras causas, siempre en el mismo lado, los que no han cambiado de orilla, los perseverantes, los honestos. Muchos, adscritos las comunidades de base cristianas, sacerdotes, y gente humanitaria que hace de la fe no el credo litúrgico sino un compromiso contra la desigualdad y la injusticia.
La cita en Córdoba fue a las cinco de la tarde. Una tarde soleada de sábado, a la que acudió mi viejo y querido amigo Rafael Sarazá. Un veterano y prestigioso abogado que se ha dejado medio corazón en su compromiso por la justicia y los menesterosos y acudió auxiliado por Luisa, su esposa, que empujaba la silla de ruedas donde Rafael aún mantiene viva, pese al deterioro de los años y la enfermedad, la lucidez de la crítica hacia el poderoso que él combatió. Y otros muchos de viejas batallas de la misma guerra.
Hoy lunes en la radio escucho decir que Córdoba, bastión, enseña, buque insignia de Izquierda Unida en España, ha tenido poco peso en la Asamblea de liquidación de bienes que la coalición de izquierdas ha celebrado en Madrid. No entiendo por qué la delegación cordobesa, con la celebérrima Rosa Aguilar al frente , no ha influido en el rumbo de la tercera fuerza política española. Máxime teniendo en cuenta que debía de estar en Madrid toda la tripulación y toda la marinería de ese buque insignia que dicen es el Ayuntamiento cordobés y la red ciudadana que durante tantos años han ido tejiendo sus militantes , porque en la concentración de las Tendillas no vi a nadie de toda esa tropa protestando contra el llamado estado del bienestar de unos pocos.
Ni un concejal de la mayoría de" progreso", ni uno de sus asesores estrella, ni un sindicalista del aparato, ni destacados dirigentes del llamado movimiento ciudadano... Pese a las ausencias, una partida de jóvenes bailaba una batukada mientras que en Madrid los de Izquierda Unida coreaban consignas de consumo interno, porque del externo se ve que hace tiempo perdieron el ritmo.
Una amiga me manda este enlace del programa de Andreu Buenafuente que una entrevista con una "gran " analista describe de manera sencilla la crisis en la que estamos pincha aquí para verlo.