22/1/09

LOS POBRES, TODOS A LA CÁRCEL

En el diario Córdoba, bajo un epígrafe que reza Análisis, la periodista titula su reflexión periodístico-social" Qué hacer con los que viven de la gorra", al socaire de un juicio que se sigue en la Audiencia Provincial contra dos hombres, que la prensa denomina gorrillas, por la muerte de un varón hace ahora tres años.
El caso judicial está lleno de interrogantes de peso al sostener la acusación pública que el homicidio pudo deberse a un ajuste de cuentas entre gentes de la droga o porque la víctima se negara a pagar "el impuesto" al gorrilla y éste le apuñaló mortalmente en el pecho. Sea como fuere, el suceso ha suscitado debate.

En ese "análisis", vecinos y políticos, coinciden en que éstos aparcacoches i le ga les "extorsionan" a los conductores cuando ponen la mano al que se baja del auto. Juntos afirman que es un grave problema y al final se resuelve que es necesaria una norma superior, "un consistorio no tiene capacidad de regular derechos fundamentales", escribe la periodista, y por tanto sugiere una sanción más dura, una reforma del código penal para que los gorrillas pasen a ser delincuentes.
La extorsión, recogida en el ordenamiento penal español, es "un delito consistente en obligar a una persona, a través de la utilización de violencia o intimidación a realizar u omitir un acto o negocio jurídico con ánimo de lucro y con la intención de producir un perjuicio de carácter patrimonial o bien del sujeto pasivo, bien de un tercero".

Ese delito puede ser sancionado con penas de cárcel de entre uno y cinco años. Así pues, vemos en este episodio cotidiano el origen de lo que puede ser el encerramiento de pobres limosneros de aquí a un tiempo. El necesario que se tomen los medios de comunicación para azuzar la pena, relacionando además gorrillas con asesinos que matan si no le das la propina, los vecinos en sus quejas y movilizaciones que recogerán los medios y finalmente los representantes políticos que merced a ese puñado de votos que se disputan entre la vecindad, prometerán que enviarán al talego a estos indeseables que nos molestan con sus exigencias e intimidaciones y además corremos el riesgo de que nos den una estocada si nos resistimos a lo que esta compañera llama también "impuesto revolucionario".
El "análisis", sin embargo, no incluye ningún testimonio del protagonista del artículo ni de otras voces que desde la interpretación y el conocimiento de la realidad social de la pobreza puedan señalar otros "análisis" de esta práctica.
Así se traza una reforma penal que puede conducir a la cárcel a todo un colectivo de miserables, de sin techo, de desgraciados y harapientos cuyo delito es sencillamente ser pobre y no tener el sello de la administración en sus manos para cobrar "legalmente" como hacen los vovis, los ayuntamientos, los hipermercados, y otros extorsionadores que, convenientemente etiquetados, nos intimidan diariamente a pagar bajo el paraguas de la ley toda clase de impuestos para mantener el sistema de los ricos que persigue cada vez más a los pobres.
Finalmente , el jurado popular, no hay nada peor que un jurado para dictar sentencias, falló que los dos gorrillas son culpables del homicidio de un hombre de 27 años, " que se negó a pagar por aparcar el coche". La sentencia es poco creíble, por lo incoherente que se muestran en su redacción los hechos. Todo apunta a que ha sido por una deuda de tráfico y consumo de drogas, según diversas fuentes, entre ellas un gorrilla que conoce la calle. Les han caído 15 años a cada uno. El autor del crimen, en cualquier caso tiene que responder de su fechoría, pero ahora la repercusión que la sentencia tiene es : vía libre a la caza del gorrilla.Ya el Ayuntamiento de IU-Psoe ha dado instrucciones a sus polis para que los incordien y retiren de la circulación , los vecinos afectados demandan mano dura y el PP pide leña al mono para todos aquellos que afean y dan mala imagen de la ciudad.
enlace noticia diario córdoba(reportaje previo a la sentencia)-enlace diario abc(reacciones sentencia)
foto diario el mundo

15/1/09

STRIPPER EN PICASSENT. LA DOBLE MORAL

foto: Helmut Newton
La cárcel valenciana de Picassent es noticia en prácticamente todos los medios de comunicación. Lo es porque en una fiesta navideña una mujer hizo un strip-tease ante 300 de sus reclusos. Un escándalo mediático en estos tiempos oscuros.


Una revuelta obscena sustentada en la moral retrograda y rancia que nos ampara. Los medios, el sindicato mayoritario carcelero, portavoces de la ciudadanía, moralistas, teólogos, pedagogos, especialistas penitenciarios, feministas, estudiosos, eruditos y científicos han alertado del peligro que supone excitar la libido de los cautivos, de dañar las neuronas donde anidan los buenos principios de la norma religiosa, la hipócrita norma, transgredida en la intimidad por quienes salen en defensa de la ley y el orden.


Detractores de la diversión y el cachondeo, del jolgorio, de la fiesta, del desparrame. Olé por el director de ese presidio Ramón Cánovas, que ha llevado unos minutos de recreo, un puñado de sonrisas a ese mundo tan lúgubre, tan triste, tan desolador, tan frío, tan solitario, tan inhumano.


Olé por los que tuvieron la idea de celebrar el año nuevo con algo diferente, con la leche condensada y el vibrador, la provocación, el erotismo y la desnudez de un cuerpo bello y excitante, como tantos ha recogido el arte en la historia.


Los medios absorben la ola de frío polar que desea arruinar nuestras almas, congelándolas, condenándolas al castigo eterno carcelero. A la penitencia, la castidad y la represión de las pasiones.


Señores de la moral que callan vergonzosamente, sin embargo, cuando cada semana caen en esta silenciada batalla nuevos efectivos de la desigualdad y la pobreza. Señores y señoras de la moral mudos ante la muerte goteada, como la de Jesús Vega Arenas, de 27 años, tan solo 27 años, que se ha ido de este mundo en la cárcel de Córdoba.


Por sobredosis?, por la metadona?, por la pelea por la que entró?, muerto por el olvido y el silencio de éstos que gritan porque un grupo de prisioneros disfrutaran por un rato de la fiesta del cuerpo hermoso.


Lástima que las mujeres, ahora tras la crispación desatada, que no puedan divertirse con un boy, un chico guapo y bien dotado en su módulo. En la siguiente reforma penitenciaria prohibirán expresamente la risa en las cárceles porque en los cementerios de seres humanos vivos no se contempla nada más que la tristeza, abandonada definitivamente la reinserción, una palabra que éstos conseguirán borrar de las leyes.

14/1/09

REGLAMENTO SANCIONADOR EN EL CENTRO DE MENORES BAHIA DE CÁDIZ

He recibido una carta firmada por dos menores/ niños internados en el Centro de Menores Bahía de Cádiz, donde dan trazan algunas pinceladas de las normas que imperan en este tipo de centros. Reglas no escritas, no recogidas en ningún reglamento legal , pero que ordenan la vida en este tipo de instalaciones de una manera muy severa.
No es la primera carta que recibo en este sentido. También la madre de un chaval internado en otro de estos centros, el de Los Alcores ,en Carmona, me ha contado que a su hijo lo han tenido durante dos días, 48 horas, encerrado en su cuarto, como sanción por haber tenido mal modo a uno de los educadores del reformatorio.
La mujer, asegura que cuando habló por teléfono con su hijo tenía la luz cortada en su habitación y que escuchó pedir al chico que le dieran a los fusibles. Esta es la manera que tienen de educar en estos reformatorios, ¿quién está supervisando la vida interna de estas instalaciones gestionadas por empresas privadas?


TEXTO DE LA CARTA
Hola, somos dos menores del Centro Bahía de Cádiz. Le escribimos para decirle que este centro no es como dicen. La gente aquí nos quita el permiso por la cara y se creen que somos robot todo el día, mandándonos y si no haces lo que te dicen te quitan el permiso, por ejemplo por decir "picha" en la mesa nos sancionan con un "0" cero y perdemos el permiso.

Y no es un ejemplo es que sucedió con un menor de aquí. También quería decir que aquí tampoco te dejan tener tele en el chabolo, ni tu propia ropa y tampoco dejan tirar fotos y que en este centro solo hay una sala de visita para todos los menores y muchas veces nuestros familiares se quedan sin vernos porque no hay sitio y cada vez que lo hablamos nos dicen que nos esperemos al centro nuevo pero así llevan dos años.

Me gustaría para terminar que al leer la carta no diga nuestro nombre, solo el mote, porque si lo escuchan nos sancionan y bajamos de módulo.
Poesía
Porque me miráis como si fuera un bicho raro o viniera de otro planeta porque vaya entre civiles y tenga estas malditas pulseras, acaso no se habéis parado a pensar en mi madre llorando que me decía porque condenáis a mi hijo que no es ningún criminal, que solo es un diablillo que no quiere esta puta sociedad.

ENERO DE 2008. PUERTO DE SANTA MARÍA. CÁDIZ. ESPAÑA

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13/1/09

GERVASIO SANCHEZ, POLíTICAMENTE CERTERO

El reportero gráfico Gervasio Sánchez, fue distinguido el pasado año con el Premio Ortega y Gasset que otorga el diario El País. Ante todos los medios de comunicación, la vicepresidenta del gobierno, varios ministros, el presidente del Senado, la presidenta de la Comunidad de Madrid y el alcalde, el periodista leyó un discurso que no tuvo mucha difusión mediática por su acidez y contundencia denunciando no solo el uso de las armas contra las personas, sino su fabricación y venta por paises como el nuestro .Ahora corre por la red, a propósito de la masacre de la Franja de Gaza y desde este sitio quiero también contribuir a su difusión publicándolo.

Estimados miembros del jurado, señoras y señores:
Es para mí un gran honor recibir el Premio Ortega y Gasset de Fotografía convocado por El País, diario donde publiqué mis fotos iniciáticas de América Latina en la década de los ochenta y mis mejores trabajos realizados en diferentes conflictos del mundo durante la década de los noventa, muy especialmente las fotografías que tomé durante el cerco de Sarajevo.

Quiero dar las gracias a los responsables de Heraldo de Aragón, del Magazine de La Vanguardia y la Cadena Ser por respetar siempre mi trabajo como periodista y permitir que los protagonistas de mis historias, tantas veces seres humanos extraviados en los desaguaderos de la historia, tengan un espacio donde llorar y gritar.

No quiero olvidar a las organizaciones humanitarias Intermon Oxfam, Manos Unidas y Médicos Sin Fronteras, la compañía DKV SEGUROS y a mi editor Leopoldo Blume por apoyarme sin fisuras en los últimos doce años y permitir que el proyecto Vidas Minadas al que pertenece la fotografía premiada tenga vida propia y un largo recorrido que puede durar décadas.

Señoras y señores, aunque sólo tengo un hijo natural, Diego Sánchez, puedo decir que como Martín Luther King, el gran soñador afroamericano asesinado hace 40 años, también tengo otros cuatro hijos víctimas de las minas antipersonas: la mozambiqueña Sofia Elface Fumo, a la que ustedes han conocido junto a su hija Alia en la imagen premiada, que concentra todo el dolor de las víctimas, pero también la belleza de la vida y, sobre todo, la incansable lucha por la supervivencia y la dignidad de las víctimas, el camboyano Sokheurm Man, el bosnio Adis Smajic y la pequeña colombiana Mónica Paola Ojeda, que se quedó ciega tras ser víctima de una explosión a los ocho años.

Sí, son mis cuatro hijos adoptivos a los que he visto al borde de la muerte, he visto llorar, gritar de dolor, crecer, enamorarse, tener hijos, llegar a la universidad.

Les aseguro que no hay nada más bello en el mundo que ver a una víctima de la guerra perseguir la felicidad.

Es verdad que la guerra funde nuestras mentes y nos roba los sueños, como se dice en la película Cuentos de la luna pálida de Kenji Mizoguchi.

Es verdad que las armas que circulan por los campos de batalla suelen fabricarse en países desarrollados como el nuestro, que fue un gran exportador de minas en el pasado y que hoy dedica muy poco esfuerzo a la ayuda a las víctimas de la minas y al desminado.

Es verdad que todos los gobiernos españoles desde el inicio de la transición encabezados por los presidentes Adolfo Suarez, Leopoldo Calvo Sotelo, Felipe González, José María Aznar y José Luis Rodríguez Zapatero permitieron y permiten las ventas de armas españolas a países con conflictos internos o guerras abiertas.

Es verdad que en la anterior legislatura se ha duplicado la venta de armas españolas al mismo tiempo que el presidente incidía en su mensaje contra la guerra y que hoy fabriquemos cuatro tipos distintos de bombas de racimo cuyo comportamiento en el terreno es similar al de las minas antipersonas.

Es verdad que me siento escandalizado cada vez que me topo con armas españolas en los olvidados campos de batalla del tercer mundo y que me avergüenzo de mis representantes políticos.

Pero como Martin Luther King me quiero negar a creer que el banco de la justicia está en quiebra, y como él, yo también tengo un sueño: que, por fin, un presidente de un gobierno español tenga las agallas suficientes para poner fin al silencioso mercadeo de armas que convierte a nuestro país, nos guste o no, en un exportador de la muerte.

Mayo 2008. Muchas gracias

foto: la mozambiqueña Sofia Elface Fumo con su hija Alia /blog de G Sánchez:

fotogaleria del diario el país

12/1/09

LAS CÁRCELES, PARA LA HISTORIA

Un día, tal vez no muy lejano, alguno de nuestros herederos cuando se acerque a un penal derruido y recorra sus instalaciones, pensará en lo salvajes y crueles que eran sus antepasados.
Nuestro hijo del futuro no llegará a entender cómo se encerraba a los seres humanos por no pagar una multa de tráfico, porque estaban enfermos y la cabeza no les regía bien, porque eran adictos a sustancias que los sacaba de un mundo que no les gustaba o no los trataba bien.


Nuestro descendiente no encontrará una explicación lógica para justificar que se recluyeran a inmigrantes que vendían colonias baratas a las puertas de los grandes almacenes y salían pitando para evitar la persecución de los policías jaleados por los accionistas de las tiendas.


Dentro de unos años, será difícil explicar como se retiraban los hijos de sus padres a niños traviesos, golfillos de barrio, fracasados de la escuela, chavales de la calle, aventureros de la noche, granujillas del trapicheo ...

Cuando pase el tiempo, los antropólogos buscarán las retorcidas razones por las que nosotros no supimos resolver los problemas comunes de manera civilizada y encarcelábamos a nuestros semejantes durante años, condenándolos al peor de los sufrimientos, a la peor de la venganza, a enterrar en vida a los desadaptados, a los disidentes, a los parias, a los desesperados, a los que no tuvieron oportunidades ni cariño.


Los estudiosos no darán crédito cuando lean en las hemerotecas que había quienes defendían esta industria del dolor porque generaba empleo y se dejaron de construir pisos que nadie podía comprar y la construcción que no podía parar se desvió a las afueras de las grandes ciudades para erigir grandes cárceles, enormes presidios donde ir almacenando a los excedentes. Aquellos seres humanos que la máquina rechazaba porque no eran productivos, y sí en cambio costosos, molestos, inservibles, inútiles, insobornables, irreductibles.


Los eruditos del pasado repasaron las proclamas del empleo que creaban los muros, miles de personas con un sueldo fijo para mantener el sistema y seguir amarrándolos al consumo que les reportaba el falso sueño del consumo, que vendían como bienestar infinito, cuando en realidad los encadenaba también a un jefe, a un banco o a una compañía telefónica por la que poder comunicar al semejante lo triste que era la vida sin libertad, ellos que firmaban créditos, esposados de por vida.


Cuando pasen unos años, las cárceles serán museos del horror y del padecimiento y en sus celdas se recreará virtualmente la desesperación de los cautivos, las lágrimas negras de la soledad, el silencio como potro de tortura, los gritos de la autoridad aporreando el alma de los cautivos, las heridas y moratones de la ausencia querida, las patadas del olvido, los puñetazos de la indiferencia, la picana de la cerradura, el ahogamiento gélido del barrote, el azote del tiempo denso y muerto, el apaleamiento de los años rotos ...

GAZA , UN INMENSO PENAL

Cuenta un periodista palestino, que el Estado de Israel ha convertido la franja de Gaza en una macrocárcel. Un presidio donde los carceleros administran la vida y la muerte de los presos.
Ellos deciden si tienen luz, si beben agua, si comen, si viven o mueren.

Los soldados son los que administran este enorme presidio donde además no se discrimina si el encerrado es un anciano, un niño, una mujer.


Todos son rehenes del poder de los obuses, de las bombas, del horror. Llevan años así, decidiendo cada minuto de los cautivos. Ahora, les dan en medio del genocidio, tres horas de patio, tres horas para que salgan de sus celdas, entierren a sus muertos y coman algo si pueden o lleven a los heridos a las enfermerías colapsadas de gritos y sangre.



Una gigantesca prisión donde un millón setecientas mil personas están a merced de los carceleros israelíes. Hoy sabemos que la situación es extrema. La ONU ha suspendido la entrada de ayuda humanitaria porque sus convoyes de comida y medicamentos son objetivos militares y los proyectiles han matado a dos de sus miembros.

Las autoridades carcelarias han decidido infligir aún más sufrimiento a los presos palestinos al atacar a las fuerzas naciones unidas. Los observadores estiman que la catástrofe humanitaria es ya la realidad de ese inmenso penal, y que a los muertos de los bombardeos, le sucederán los muertos de la hambruna, de las epidemias...



Las lágrimas rojas de los niños y sus llantos aplacados por las palabras que pierden su sentido cuando el espanto recorre las calles y las casas devastadas por la represión contra la gente. Contra el pueblo sometido , contra esta población penitenciaria a la que castigan ferozmente cuando clama por la justicia.


Cada vez, se levantan más muros para encerrar a quienes no se someten, a los que desafían la ley impuesta a sangre y fuego. El mundo, poco a poco, se va convirtiendo en infinidad de macrocárceles donde se encierra a los sobrantes de cupo...