La Asociación Pro Inmigrantes de Córdoba me invitó a presentar un acto en el que 16 inmigrantes leerían poemas de distintos autores en sus lenguas maternas. Accedí sólo con la premisa de que me dejarán que leyera una introducción, en la que expusiera distintos sucesos o comportamientos racistas y xenófobos que han acontecido en Córdoba en los últimos años. Como aceptó la mencionada asociación esa condición, escribí este texto que publico.
El acto se enmarca dentro de las actividades organizadas por el Ayuntamiento de la capital cordobesa dentro del denominado Certamen Cosmopoética 2007 y fue leído el lunes 16 de Abril de este año en el Palacio de Orive, donde tiene su sede la Delegación Municipal de Cultura del Consistorio cordobés.
“Ahora en unos instantes escucharemos decenas de palabras reproducidas en 9 lenguas distintas por 16 personas pertenecientes a 14 nacionalidades distintas.
Ha sido una buena idea la convocatoria de este acto en unos tiempos donde las palabras tal vez más que nunca adquieren un formidable poder.
La capacidad para modelar el pensamiento. Para esculpir una ideología. Tambien para justificar la persecución y el crimen.
Una buena idea que llega a una ciudad como ésta en la que sus dirigentes se jactan de proclamar que Córdoba es una ciudad respetuosa y tolerante. Una seña de identidad que niegan sin embargo acontecimientos próximos y que no pueden pasar desapercibidos.
Es sumamente curioso que al tiempo que significamos la riqueza de la inmigración y hablamos con desparpajo de la multiculturalidad o la diversidad cultural empleamos palabras, elaboramos pensamientos, que imponen la supremacía económica, cultural y racial a los que llegan.
Y lo hacemos sobre todo cuando estos se presentan con mal aspecto y traen en su tarjeta de visita el estatus de pobres.
Pobres, atención que ya identificamos con delincuentes. La prensa es un buen ejemplo. Se detiene a un rumano acusado de robar, a un magrebí imputado en un caso de violación y a un ruso involucrado en un ajuste de cuentas en marbella.
La nacionalidad del delincuente comienza a ser peyorativa a la hora de informar y por tanto ya es popular cuando acontece un suceso grave achacárselo a un rumano. O a un, marroquí. Igual que antaño se lo comían los gitanos.
Así queda justificado que aquí las policías, también la que manda este Ayuntamiento ,presuntamente de izquierdas, hostiguen a los gitanos rumanos, los persigan , les quemen sus chabolas, sus frágiles enseres y los arrojen al extrarradio para hacerlos invisibles.
Y en ese modelaje que las palabras han ido creando, avalancha de ilegales y oleada de inmigrantes, se va construyendo el racismo y los getos en la ciudad del al andalus, de pasado esplendoroso pero de presente lamentable.
De esta manera las palabras están levantando alambradas fronterizas, mallas que aíslan y segregan.
Las palabras que acarician, oiremos después en un poema, son aquí las palabras que excluyen y escupen. Cuando los vecinos de un barrio trabajador como es el de la Fuensanta se niegan a los mini pisos porque los pobres del mundo siempre trapichean, andan desaliñados y son un problema, están construyen su propio refugio y se protegen de los indeseables.
Y las palabras que evocan los sueños y tejen versos en mi menor, se tornan en ruido racial para negar a los que nos molestan un hogar digno en tejavana mientras rehacen sus vidas y salen adelante.
y las palabras que miman o protegen se alían con la reacción y vociferan en los plenos que los gitanos cuanto más lejos mejor y se consiente que un centro evangélico de ayuda al alma y al cuerpo sea trasladado a un polígono industrial para seguir fabricando más marginación y más racismo y más leyes, más y mas policías.
También protestaron por cierto los empresarios que explotan luego a inmigrantes por cuatro duros la hora.
Las palabras que proclaman justos principios y valores humanos en las fechas señaladas, en las degustaciones multiétnicas, en las campañas publicitarias se desmoronan cuando llegan y acampan a la intemperie para currarle al señoriíto la finca los sin papeles, los desafiliados que es mas barato y mas servil. Los nadie que escribía Galeano.
Las palabras que proclaman justos principios y valores humanos en las fechas señaladas, en las degustaciones multiétnicas, en las campañas publicitarias se desmoronan cuando llegan y acampan a la intemperie para currarle al señoriíto la finca los sin papeles, los desafiliados que es mas barato y mas servil. Los nadie que escribía Galeano.
Las palabras del alcalde de turno que manda a la guardia civil y justifica que los empresarios los exploten que eso aporta riqueza para la zona. Ahora en Santa ella varias familias se han instalado en campamentos en blanco y negro con el miedo de ser expulsados de nuevo porque los albergues para los desarrapados restan votos y hay poco empleo para los mediocres.
Las palabras llegan más tarde y retroceden y ceden ante la intransigencia. Y la intolerancia se impone también en la ciudad de la poesía y el 2016.
Y si se cede se acepta. Y la sumisión al chantaje electoral consolida la ignorancia y abona el miedo. En esa peligrosa construcción andamos cuando los que llegan vienen con lo puesto. ¿De qué otra manera iban a venir los desheredados..??
Y por sus malas pintas se les impide entrar a las casetas de la feria con la portada más demagógica del mundo y se les echa porque son moros y afean. Y de nuevo las palabras maquillan y distraen en el entreacto mientras los propietarios se disuelven en el silencio que apaga y olvida.
El silencio que consiente las palizas a las prostitutas negras del arenal sin que los vigilantes uniformados hayan dado cuenta de la detención del macho maltratador.
Es hora ya de tomar la palabra. Yo agradezco que me hayan dejado a mí introducir este acto para que la poesía no borre ni empañe las heridas de los costurones del racismo y xenofobia.
Desgarros que crecen y figuran destacados en la promesa electoral bajo ese eufemismo de la seguridad que tanto gusta a los que imponen un mundo amordazado y en el que todos ya somos presuntos culpables hasta que no se demuestre lo contrario.
Así pues demos la palabra a estos 17 cordobeses que lo son con y sin papeles porque viven aquí, comen aquí, aman y sueñan aquí. Ellos recitarán los versos en sus propias lenguas. Será pues un concierto de palabras con diferentes timbres y tonos, de variados acentos y ritmos.
Esa es la riqueza de la humanidad que la globalización trata de condenar. La integración quieren que pase por la taquilla de nuestro modelo occidental y las palabras dichas y pensadas sean en la lengua del imperio.
Tal vez por todo esto, el acto de esta noche sea una buena idea para detener el tiempo y otras voces nos ayuden a mantener que otro mundo es posible en otra órbita donde la elíptica se dibuje con el lápiz del respeto y la libertad".
foto: Juan garcía Gálvez