La estrategia funciona, qué buenos son los que marcan el paso aquí. Durante semanas los medios, las teles sobre todo, insistían en la supuesta bondad de las leyes que dejan a los criminales en la calle después de los más salvajes y despiadados crímenes.
Recuerdan, ahora que Rajoy promete adelantar la cárcel para los niños malos, las lágrimas de la madre Sandra Palop, cuando supo que uno de los que enloquecieron en el asesinato de su hija, había salido a la libertad vigilada y se encontraba en Córdoba tratando de rehacer su vida.
Los medios se alimentan de la víscera, de la sangre del dolor y se recrean en la tragedia ajena que añade cuota de share al repugnante negocio del dolor y la miseria humana. El Rafita en una tienda de móviles, en plena calle ,y ella, la madre, hecha jirones ante todo el público que hace causa común con su pena. ¿Quién no va a tener empatía por esa madre que llora la pérdida de su hija? Pero la puesta en escena tiene trampa.
Un caso, o dos o tres, a lo sumo que adquieren niveles tan bestias de sufrimiento, no justifican el discurso de encarcelar niños a los doce años. Acuérdate de las frases de Brecht:
Primero vinieron por los judíos, pero como yo no era judío, no hice nada.
Después vinieron a buscar a los gitanos, pero como yo no lo era, seguí sin preocuparme y tampoco hice nada.
Más tarde vinieron y se llevaron a los comunistas, pero como no era comunista, continué sin hacer nada.
Ahora vienen por mí, y ya es demasiado tarde para hacer algo.
Rajoy ,crea a la búsqueda desesperada del voto, el debate. Y todos entran al trapo de responder a la promesa. Al igual que hace con el terrorismo, se mercadean papeletas en el dolor de las víctimas y se profundiza en la creación de un estado totalitario que no cree en la educación, ni en la justicia social ni en la igualdad de oportunidades.
Se despoja la ley del menor en su título de la palabra educativa y pasa a ser represiva, que es la fórmula que más rédito da a un estado policial como el que se va componiendo poco a poco en las sociedades capitalistas, que usan del miedo para sostener un sistema que reniega de la filosofía, de la sicología, de la ciencia y de la cultura. Los pilares de la llamada civilización que un puñado de atontolinados peligrosos aliados con el soporte tecnológico televisivo y los listos patronos están empeñados en socavar para beneficio propio.
Ojalá no gane las elecciones esta extrema derecha que sin rubor marca el ritmo de la agenda de los próximos comicios. Con todo lo peor es que los socialistas se subirán al carro del voto, como ya hacen en la estrategia antiterrorista sumándose a las tesis del PP, ya se ilegaliza ANV y PCTV como pidió Rajoy/Aznar hace tiempo, y secundarán propuestas reaccionarias como la descrita para no quedar fuera de juego.
La izquierda anda a remolque de los ultras porque los medios también se han derechizado y dibujan en cada telediario un mundo terrorífico al que da pánico salir si no es con escolta y una macrocárcel inmensa para recluir en ella a todo aquel que disienta, y lo exprese, del orden establecido.
Ya andan compitiendo ambos, PP y Psoe, en cuanto a incrementar las plantillas policiales y aparcan las causas de esa mal llamada inseguridad ciudadana, que registra datos muy por debajo de las medias europeas en cuanto a criminalidad, situándonos, sin embargo en las tasas más altas de presos por número de habitantes de nuestro continente. La media de reclusos en España es de 130 por cada 100 mil habitantes, muy por encima de la media europea que ronda 90 por cada 100 mil.
Se anuncian más penas, más duras, más largas, más castigo a los infractores, más cárcel, a sabiendas de que manejan datos falsos que los telediarios manipulan en las estrategias que fijan los señores de la guerra. Los mismos que se enriquecen regentando centros de menores, compañías de seguridad, o las cárceles privadas que están ya próximas como en Cataluña, donde se rubrica el concierto de la iniciativa privada en la construcción de nuevos penales.
La nota de humor la pone, no obstante, el propio Rajo cuando afirma creer en la familia y proponer la creación de un ministerio específico para tal menester, como cuando vemos, en lo que creen quienes les escriben los discursos es en la mano dura y el sufrimiento, lo contrario de la familia que representa apoyo, comprensión y cariño. Que poca vergüenza.