Una de las secciones del programa A pulso, que se emite los viernes entre las diez y las doce de la noche en la cadena de noticias de Canal Sur Radio, Radio Andalucía, está dedicada a los menores. A los niños que de unos años a acá han dejado de serlo para ser simplemente me- no- res.
En esa sección participa el psicólogo y educador Enrique Martínez Reguera. Reflexiona sobre los chavales y el mundo que les rodea. Y la redacción del programa elabora temas relacionados con ellos y lee su cartas. Son decenas las que han remitido al programa en los últimos años. En muchas de ellas describen la cruda realidad de los centros de reforma que gestionan empresas de servicios, disfrazadas de ongs altruistas y sin ánimo de lucro, generosamente subvencionadas por la Administración Autónoma.
Dos farsas que iré detallando aquí como igualmente se cuenta en nuestro programa. Estos días hemos recibido esta carta de Antonio, preso en uno de estos centros . El Medina se encuentra en Córdoba. A sus puertas en dirección a Sevilla. Cerca del antiguo palacio califal de Medina Azahara. Al contrario del que marcó el esplendor Omeya, este Medina es una cárcel en toda regla. Con todos los elementos propios de un penal. Sus rollos de púas, sus sensores en los tejados, todas sus ventanas enrejadas. Una cárcel pura y dura. Y allí se encuentra Antonio que describe en la carta que publico íntegra como es su triste existencia.
ANTONIO HEREDIA. DEL MOD.4 CM MEDINA
"Tras una carrera en centros penitenciarios , os puedo asegurar que los centros de menores no es más que un recinto donde niños pierden la sonrisa y no encuentran reinserción, tampoco esperes ayuda , todo falsa apariencia y hormigón que enmudece.
Aquí tenéis propia experiencia toda mi juventud por no decir parte de mi vida mal vivida entre estos silenciosos y cómplices muros de los abusos.
Ahora quiero decir quien o cual es el menor o joven que tras salir de estos centros no vuelve a tener problemas con lo que llaman justicia.
Llevo 5 años a pulso, no tengo delitos de sangre y tampoco soy violador es más mi causa no crea alarma social. Pienso que si la justicia es tener a un menor 5 años sin salir a la calle, con las visitas restringidas, porque a una jueza ha decidido que no es buen ejemplo que yo vea a mi familia y así llevo desde que entre sin poder besar a nadie de los míos, porque no es aconsejable para mi reinmersión y si lo es chaparme( encerrarlo solo en un cuarto) y sedarme con tranquilizantes como tranquimazin de 2 mg y tranxilium 50 entre otros muchos. Yo he llegado a estar tomando diariamente 13pastillas y de las más fuertes.
Hace una semana estaba tomando diariamente 7 tranquimazines de 2mg , ahora me la ha sustituido por 6 nimotriles de 2 mg diarios. En estos cementerios te pueden privar de todo menos de tus recuerdos, en que a veces te deprimen pero te dan fuerzas para recordar que esto es solo una mala jugada de la vida y llegaran esos recuerdos, donde no hay un educador que se salta las normas con el que cuento de que es un criterio, para que nos entendamos su propia norma y hace y deshace como le place.
Pero entonces para que plasman un folio en la pared con la normativa del centro si luego se la pasan por donde le da la gana. Se para cuando reciben las visitas de jueces , fiscales, y demás que vean que hay unas normas.
Aquí he explicado más o menos la experiencia que me ha aportado y lo que veo se queda para mi persona como los malos tratos sicológicos y traumatizantes, aparte de los vividos físicamente.
Ahora llevo 5 años preso, pero yo conocí la ley a los 12 años en los centros y 16 en prisión, lo que vengo a decir que no llevo tan solo 5 años a pulso, llevo 9 años. Por eso quiero mandarles un mensaje a los que me conocen y a los que no, que están empezando a entrar: No dejéis que os arrebaten la sonrisa de niño! Ahora sin más agradeceros la labor que hacéis y las dos horas que nos quitáis de pagar entre….
Si no es mucho pedir os agradecería que leyeseis esta carta a partir de las 11 de la noche que es cuando yo puedo escucharla".
Informe sobre centros de menores en Andalucía elaborado por la Asociación Proderechos Humanos de Andalucía