29/10/07

HOMENAJE A LOS QUE ABRIERON LA VERJA



Legó el ganadero Benavides su fortuna a los pobres más pobres de posadas y consideró que los albaceas de su riqueza habrían de ser los respetables más respetables del pueblo.
Entre sus bienes, una finca. Una tierra suave al pie de la sierra para disfrute y solaz del pueblo. Hace ahora casi un año, un vaquero ,Salvador Nieto, que había arrendado la parcela para avituallamiento de sus reses, no pudo llegar a su destino porque en el camino que durante años había estado franco, alguien había colocado una cancela impidiendo su paso.

No era sin embargo un alguien cualquiera: un poderoso e influyente grupo empresarial se estaba haciendo con una parte importante de las tierras colindantes de la finca donada por Benavides.
El vaquero, con sus 58 vacas, no quiso renunciar al derecho que le asistía en un camino que había venido usando de toda la vida, al igual que sus convecinos malenos. Y allí atrapado con su rebaño permaneció durante un día tras día durante muchos. Pero las autoridades no le hicieron caso y el hombre desesperado y con la panza vacía de sus animales, hubo de desistir de su empeño porque aquella familia empresarial tenía mucho, mucho dinero y por tanto mucho, mucho poder.
Sin embargo, el vaquero consiguió el apoyo y la simpatía de otros y se organizaron actividades, acampadas y reuniones, donde se establecieron lazos de apoyo y sentido común.

Los interesados se afanaron en demostrar que ese camino había estado siempre abierto a quien hubiera querido transitarlo , para el paseo o el acceso a otros sitios. Y llegaron no solo los juramentos de los más arrugados del pueblo, sino las pruebas que los archivos guardaban de que aquella colada había discurrido sin portachuelas ni cancelas por entre las tierras que atravesaba.
A medida que iba creciendo la indignación por el desentendimiento de las autoridades ante la justa restauración del camino expedito, también iban creciendo las voces y se fueron juntando más y más vecinos, que decidieron pasar de las quejas en la taberna a la protesta organizada.

Y así fueron muchas las noches que reclamaron bajo las estrellas la reparación del daño causado por aquella frontera que los dueños del coto habían impuesto en la presión orquestada para que poco a poco los usuarios de aquellos territorios desistieran de las caminatas y el esparcimiento.

El gobernador de aquel pueblo ordenó a los uniformados que velaran armas ante aquellos insurrectos que cada semana desafíaban el orden natural de las cosas: si el señorito le había salido de los cojones colocar una valla, sus razones tendría el señorito. Si el señorito le había dicho al gobernador que no quería ver por sus tierras a extraños que curiosearan su hacienda, habría que aceptar la petición del señorito.

Si el señorito convidaba en su coto a altos dirigentes del estado regional, los agasajaba y trenzaban relaciones personales , ahora los mandamases habrían de devolver la invitación y apostar a los guardias para defender la idea del señorito.
Así que si el señorito había intentado comprar todo el entorno para un gigantesco coto de caza para mantener y comprar favores, un camino de vacas y domingueros no se interpondrían en los planes de la familia rica, acostumbrada al ordeno y mando.

Y llegó lo inevitable. Vecinos y guardias , que venían aguantando la tensión de verse las caras cada viernes fueron acumulando mala leche en sus adentros. Los unos porque veían que su razonable petición no encontraba eco en quienes habrían de ampararles . Los otros porque les tocaba las narices tener que defender la cancela del señorito al final de la semana y aguantar además los desplantes de quienes festejaban , sin embargo, sus plantes nocturnos.
Mucha candela hasta que estalló la chispa y los botes de humo y las porras se cruzaron con las piedras y las carreras campo a través. Y como antes, como siempre ,se liaron a la gresca los hijos del pueblo, mientras gobernantes y patronos observaban la trifulca en sus poltronas veraniegas evaluando las consecuencias de la revuelta y la represión. Contaron los periódicos esos días la batalla campal y se difuminó el objeto del levantamiento ante la ignominia.

Los cabecillas, que la autoridad trata siempre de identificar cuando las gentes se manifiestan, fueron arrestados y conducidos a las lúgubres estancias donde se intimida con las amenazas y los gritos. Los abusos de autoridad que se comenten sin notarios, con nocturnidad y alevosía. Ahí en esos cuartos donde la fuerza ya es desigual y el detenido sufre la prepotencia de las manazas que se estampan para calmar los ánimos y convencer a porrazos a los insurrectos a que desistan de atentar contra los intereses del señorito que dirige desde el sillón de cuero la estrategia que es les es favorable amparandose en una ley a la medida que le protege.

La propiedad que se invoca, aunque sea en realidad una apropiación y una usurpación de los bienes públicos, cuando lo privado y lo común se enfrentan y rivalizan.
La ley mantenedora del orden, de ese estado en el que las cosas han de ser como desde que el mundo es mundo , y uno dijo eso es mío y consagró la propiedad como el primer y mayor robo de la historia de los seres humanos.

Aparece el juez y su catálogo de normas. Tantas y con tantos supuestos como casos a aplicar va mostrando la convivencia en los intereses encontrados. En los de quienes se ven desposeídos de sus derechos inalienables, como es pasear por la tierra libre y disfrutar de sus encantos y bellezas.
Las normas, digo , para devolver al amo sus privilegios y calmar la paz social. Esa que han acuñado para mantener este régimen injusto que condena al silencio, la obediencia, la sumisión y la esclavitud a quienes la perturban. La paz social que se rompe cuando el cacique arrasa sin compasión con años de caminatas alegres y sella el paso para beneficio de unos pocos afortunados. Los elegidos por la sangre y el abolengo.

Su señoría sentencia y condena al desobediente al destierro. Lo echa de su casa, de los suyos, lo aleja de su pueblo y de la valla y consagra la injusticia en nombre la de justicia divina. Se consagra la felonía y la humillación, sonríe el señorito mientras habla con el gobernador que responde :"a sus órdenes señor, misión cumplida".
Los liderzuelos andan lejos de los suyos mientras que se apaciguan los ánimos y coinciden los comentarios con lo escrito por el juez en el auto. Ahora ,sin embargo , las voces de la afrenta rebasan los límites de la comarca y la noticia llega más allá del territorio acotado donde suceden los hechos . El despropósito feudal es aireado por papeles y televisiones y en algún despacho alguien se interesa por lo acontecido en ese rincón de la andalucía amarga, de tricornios y señoritos que pervive al paso de los años.

Las gentes se plantan ante el palacio de justicia gritando no hay justicia con los pobres. Pero el juez es implacable y mantiene la orden. Hasta que no se calmen los alborotadores no habrá marcha atrás, sentencia el togado.

El escándalo se prolonga y los voceros mantienen encendida la noticia de Posadas. Tal vez por eso, de algún despacho aparece un documento donde se acredita que la cancela se ha colocado sin permiso y es ilegal. Pese a lo sorprendente del hallazgo, nadie se sonroja ni dimite en la Junta de Andalucía, que comunica al Ayuntamiento la noticia cuando el destierro aún mantiene lejos de sus casas a los insurgentes. El último capítulo de esta historia adquiere el bermellón de la vergüenza cuando tras meses y meses de conflicto por el cierre de la colada, se reconoce que el señorito ramade colocó ahí la cancela por la cara y que no contaba con la preceptiva autorización. Recibida la notificación el Ayuntamiento ordena la demolición de la puerta y la apertura del candado que la cierra.

Horas después, calmados los ánimos, el juez levanta el destierro y vuelven a sus casas los deshonrados y honrados vecinos represaliados. Nadie ha cesado ante tanta incompetencia. Si no fuera por lo desgraciado del caso, resultaría grotesco que se haya mantenido durante meses un camino público cortado mediante una acción que carecía de permiso. Sólo la complicidad insultante de la administración competente y la del tipo que tiene encomendada la tarea de las vías pecuarias, explicaría tan aberrante situación.
Un papel olvidado, silenciado, ocultado, extraviado, comprado??? Grotesca es también la presencia de los guardias civiles protegiendo la ilegalidad y amparándola. Y en el tercer nivel, el Ayuntamiento de Posadas aparece como convidado de piedra y no actúa diligentemente para defender los intereses de su pueblo.

Tanta incompetencia manifiesta sólo se explicaría por la rendición de quienes han de velar por salvaguardar lo público de los desmanes y el pillaje de los señoritos, que amparandose en el poder que les da la tierra y el dinero, mantienen un orden miserable e injusto.

22/10/07

1984-2007 EL CONTROL DE LA VIDEOVIGILANCIA. EL CONTROL DE LA TELEVISIÓN

En 1949 George Orwell escribió 1984. Una novela de ciencia ficción donde los ciudadanos eran observados permanentemente por el Gran Hermano. Una pantalla que registraba todos los movimientos y grababa las conversaciones de las personas. No había prácticamente ningún rincón de aquel país que se librara de ese control. Sólo en los barrios más pobres escaseaban de esa vigilancia, ya que los parias no albergaban inquietudes y bastante tenían con sobrevivir a su miseria y escapar de los bombardeos que el "vapor" de vez en cuando realizaba contra la población civil.


En la novela, se alude a las tres consignas que el partido dominante proclamaba constantemente: la guerra es la paz, la libertad es la esclavitud y la ignorancia es la fuerza. Se establecía que el principal delito era el crimen mental: discurrir en dirección contraria al pensamiento único. Se llegaba incluso a denunciar a los propios padres a la llamada policía mental, la policía del pensamiento. Aquellos que eran cazados en su disidencia, directamente eran "vaporizados" o desaparecidos. Se creó una neolengua que empobrecía el lenguaje y suponía la eliminación de las palabras. Si se reducían las palabras, se limitaba el pensamiento. La ortodoxia significaba no pensar.


En 1984 se mantiene la existencia permanente de la guerra y del enemigo.
Así se justifica el control social y la excepción. La novela, como digo, fue escrita en 1949. 58 años después Francia anuncia que en menos de tres años un millón de videocamaras vigilarán las calles del país galo para prevenir, se explica, el terrorismo y la delincuencia. Ahora ya hay 350 mil cámaras. En el metro de París se instalarán 6500 cámaras y crecerá el número de municipios en las que los aparatos estarán conectados con la policía. Otra de las innovaciones en la lucha contra el mal es la utilización de aviones espía. Unos avioncitos de un metro de ancho por 60 cms de largo provistos de una cámara para vigilar los barrios conflictivos y las concentraciones de personas.


La ficción futurista, como vemos, ya es una realidad. La idea de un enemigo permanente y malvado, es de nuevo, utilizada por los gobiernos para ejercer, como en la novela, el control, la persecución, la represión y la vaporización. Es decir la desaparición de aquellos que el Estado considera peligrosos para la seguridad. Tras los atentados de las torres gemelas de Nueva York, ya nada es igual en el mundo. Asistimos poco a poco al nacimiento de esa sociedad, donde el Gran Hermano ya nos observa y decide si somos o no peligrosos.


El Gran Hermano que sigue a uno de los que participaron en el horrible crimen de Sandra Palo. Lo saca en la tele moviéndose en libertad en Córdoba tras pagar parte de su condena y siembra la alarma entre la vecindad que hasta entonces no había respirado el miedo de tener junto a ellos a un criminal. Un joven de 18 años que, al igual que otros, tras cometer su salvaje acción, que se sepa no ha vuelto a delinquir. El Gran Hermano no cree en la reinserción, ni en la reeducación.

El Gran Hermano opta por vaporizar y desaparecer a éstos indeseables, pero también al resto que, por delitos menores, tampoco merecen tener una oportunidad. El programa de Ana Rosa Quintana, no ha contado que ha ocurrido en estos años con el Rafita. Cuál ha sido su evolución, ni detalla si su comportamiento ha sido indeseable o criminal. Sólo lo vemos hablando por un móvil en una tienda y cerca de la casa de acogida donde tendrá que permanecer en libertad vigilada durante tres años más. Por extensión, ahora los vecinos temen que el resto de sus compañeros tengan un perfil similar y comienzan a cuestionar la permanencia de ese piso donde se recuperan aquellos que en su día contravinieron las normas y atentaron contra los demás y también contra ellos mismos.


Como en la novela de Orwell, pronto el Gran Hermano justificará, no sólo la videovigilancia que ya es un hecho, sino la cadena perpetua, la reclusión indefinida y la vaporización, la desaparición. De seguir así las cosas se construirán más y más cárceles, más alejadas de las ciudades, apartadas del mundo y en su interior poco a poco se difuminarán las personas que no tuvieron quizás una primera oportunidad y a la que se les niega una segunda.
Además, los sujetos objetos de control serán cada vez más. Todos aquellos que cuestionen este nuevo orden y se opongan en sus pensamientos a mantener las estructuras represivas que consagren las desigualdades e injusticias sociales, a menudo, causa y origen de comportamientos violentos que sacuden nuestras conciencias.

15/10/07

ENCARCELAR LOS MODELOS. NUEVA REFORMA DEL CODIGO PENAL CONTRA LOS ACCIDENTES DE TRÁFICO.

El Congreso de los Diputados ha aprobado una nueva reforma del Código Penal para endurecer las penas destinada a reducir los accidentes de tráfico.Las cifras son aterradoras y sólo este puente del Pilar 36 personas se han dejado la vida en el asfalto.

Una terrible rutina a la que nos hemos acostumbrado, cuando cada fin de semana se hace recuento de las víctimas de la carretera. La noticia se ofrece sin testimonios de las familias, despojada de dolor, de lágrimas. Aparece en la tele la imagen del coche destrozado, los restos de la tragedia y la estadística que encubre el sufrimiento. Y así cada fin de semana.

Una vez más el poder legislativo tira del Código Penal y amenaza con cárcel a los conductores infractores. Prisión de tres a seis meses para quienes conduzcan a 200 kms /h en las autovías o 110 en las ciudades.Una Asociación de automovilistas ha calculado que cincuenta mil conductores podrían ir a la cárcel cada año, colapsando el sistema penitenciario.
El fiscal de seguridad vial asegura que eso no será así, ya que en esta reforma el juez tiene la facultad de derivar las penas de cárcel a otras en beneficio de la comunidad, "apenas nadie, salvo los reincidentes y los que causen accidentes graves, dice, irá a la cárcel."

Pero de nuevo la receta ante un grave problema social es la reclusión. La amenaza que en otros ámbitos se demuestra inútil en el fin que se persigue. En el origen del problema se sitúan otras claves en las que no se invierte, en prevenir estas conductas que ponen en peligro la vida de las personas.


La educación vial, que se cita al final de la reforma que ha iniciado su trámite parlamentario, siempre figura al final de las consideraciones, cuando debiera figurar al principio. El respeto a las normas, a los demás y a uno mismo. Las señales que se desafían cuando se asocia velocidad con aventura, riesgo y emoción. Ahora cuando los modelos a imitar sugieren héroes de las cuatro o dos ruedas.
Famosos que adquieren máquinas que representan no solo el lujo o la ostentación, si no referentes que marcan un estilo de vida a imitar. Máquinas que proporcionan sensaciones de poder y de libertad. Conducciones agresivas y veloces donde las marcas priman la potencia en caballos para ser dueños del asfalto, cuando tu vida es teledirigida y orientada por quienes señalan un estilo de ser.
La velocidad ha sustituido al placer del viaje, al gusto por los paisajes, por las paradas en los pueblos y pasear por sus plazas. Detenerse en las ventas y charlar con los paisanos.
Invertir en todo lo contrario es desde luego más difícil que encarcelar a los conductores, pero sin duda más eficaz para disminuir la mortandad en nuestras carreteras. La cárcel se ha demostrado un fracaso para corregir los problemas sociales.

Otra educación que, más allá de las escuelas y los códigos de circulación, redundara en otra visión más amable de la vida, reduciría el sufrimiento y la desazón que a todos nos provoca la tragedia que señalan esos ramos de flores que salpican cada vez los puntos fatídicos donde han caído los muertos de la circulación.

La apuesta además por el transporte privado que se respalda con la construcción de nuevas autovías, incide en el interés de los gobiernos en apuntalar un sector tan contaminante como agresivo. Las líneas férreas asequibles desaparecen y la alta velocidad mantiene unos precios tan altos que el coche privado sigue siendo la opción más asequible para las familias.

Nos estamos acostumbrando tanto al dolor y al sufrimiento, que acabaremos siendo insensibles al sacrificio que este estilo de vida conlleva. Justificaremos el alto precio pagado por el nivel de progreso alcanzado. Enterraremos a los nuestros en silencio, sin cámaras de tv, porque estas víctimas, a fuerza de ser repetitivas cada domingo por la tarde casi no son noticia. La respuesta política, lamentablemente, no disminuirá la siniestralidad.

La cárcel no es ya un arma disuasoria. Representa el fracaso de una sociedad incapaz de corregir el rumbo que trazan las industrias y la publicidad. Los mensajes insistentes y persuasivos que nos animan al placer de la velocidad y el riesgo, como alternativa a un sistema que nos esclaviza al trabajo, a la hipoteca, que nos causa estrés y frustración. De todo eso huimos al llegar el fin de semana. A veces no llegamos a ninguna parte.

9/10/07

LA COACCIÓN DE LA JUSTICIA

El titular del juzgado de lo penal número 2 de Córdoba ha condenado al presidente de la Plataforma a desalambrar a pagar 200 euros por una falta de coacciones por cortar el candado de acceso al camino que discurre por la finca la Armenta de Cerro Muriano. También a pagar el nuevo candado que reemplazó al fracturado y a restaurar los carteles enmendados por los ecologistas que advertían del carácter público de la vereda.

Tanto la fiscal como la acusación particular, solicitaban un año de cárcel por un delito de coacciones. El juez, sólo en parte les da la razón.
Así el Código Penal fija en su artículo 172 que coacciones":
"El que sin estar legítimamente autorizado impidiere a otro con violencia hacer lo que la Ley no prohibe, o le compeliere a efectuar lo que no quiere, sea justo o injusto, será castigado con la pena de prisión de seis meses a tres años o con multa de seis a veinticuatro meses, según la gravedad de la coacción o de los medios empleados.Cuando la coacción ejercida tuviera como objeto impedir el ejercicio de un derecho fundamental se impondrán las penas en su mitad superior, salvo que el hecho tuviera señalada mayor pena en otro precepto de este Código."

Así es que el juez resuelve que franquear un camino que se acredita documentalmente como público, es un acto de violencia. Hace la interpretación, rebajada, del fiscal y la acusación, y obvia la que hizo la defensa y lo peor el Sentido Común.


El juez de esta manera acredita, sin expresamente citarlo en su fallo, que ese camino es privado, sin que aporte ningún elemento legal para sostener su argumentación. No era desde luego el objeto del procedimiento, pero hemos de deducir, y la propiedad de la finca estará la mar de contenta, que si se violenta, se rompe un candado, se está coaccionando a la propiedad, se le impone una conducta no deseada, se le obliga a dejar abierto el camino por la fuerza de una cizalla. Pero, ¿no será precisamente al contrario? ¿No ha sido la propiedad de la hacienda la que ha ejercido la coacción contra los vecinos y lugareños, paseantes y excursionistas, al clausurar ese camino?


El juez da la razón a los demandantes y condena injustamente a Patrick Philpott a pagar la multa de esos indigentes 200 euros, más los 300 que dice la propiedad cuesta un candado de cadena y repintar los carteles intimidados. Y en este espectáculo, otros convidados miran hacia otro lado y dejan que la Justicia, colapsada por casos así, se permita la condena y sentenciar acerca de un asunto complejo como es la titularidad pública de la vereda.


El problema de verdad radica ahí. Seguro que las autoridades municipales, y sus concejales de Urbanismo, Andrés Ocaña , y medio ambiente, Francisco Cobos, no tendrán tiempo para ordenar a sus técnicos que diriman de una vez de quien es el camino ya que han debido de perder el sueño cuando se ha difundido que Córdoba es una de las 13 capitales de España que peor calidad ambiental padece.


Andarán de cabeza para arbitrar medidas que rebajen esos malos índices, como la supresión del tráfico en el centro, el traslado de la fábrica de cementos, la instalación de tranvías, la plantación de árboles, la creación de nuevos parques, autobuses no contaminantes y una serie de medidas que no perjudiquen la salud de los cordobeses y cordobesas. Una cuestión de salud ambiental para una ciudad de 300 mil habitantes es prioritaria antes de resolver si el caminito es transitable por los de a pié o sólo por los todoterrenos de los dueños del cortijo.


Lo último, por cierto, en todo este movimiento de acción directa es que a otro de los miembros de la Plataforma a desalambrar le piden 3000 euros de multa por contratar un autobús que dirigió a un grupo de senderistas hasta la localidad granadina de Lugros donde de igual manera se procedió al corte de una malla para despejar un camino que se reclama igualmente público. Ahora ya sabes quien y para qué se han hecho las leyes y para quien trabaja la justicia y la policía, ¿no?


Te dejo enlace sobre el vídeo que canal sur tv emitió el pasado domingo a propósito de la acción sobre el camino de Villa Alicia en Cerro Muriano. Los dueños de la finca, la familia Zamora, exconcejal socialista del Ayuntamiento de Córdoba y exdirector general de agricultura de la Junta de Andalucía, han hecho lo mismo y han cortado el tránsito por la vereda... Más de lo mismo.....
Página de A desalambrar

1/10/07

POR LA LEGALIZACIÓN DE LAS DROGAS

Desde siempre he sido favorable a la legalización de las drogas. Hay tantas razones, tan evidentes. Las más próximas son desde luego evitar la criminalidad que conlleva su prohibición y el sufrimiento consiguiente. Casi el ochenta por ciento de la población reclusa española, reza las estadística , lo está por delitos relacionados con el tráfico y/o consumo de drogas.

Una barbaridad. Hoy me he topado con un artículo que me ha gustado por su seriedad y sentido común y lo cuelgo aquí para compartirlo contigo. Sería bueno que rompiésemos la censura y poco a poco se abriera el debate y que los poderes públicos se atrevieran a plantear este urgente problema, que tantas repercusiones tiene en nuestro actual sistema de vida.

El artículo ha sido publicado en http://www.fp-es.org/ y su acceso directo es http://www.fp-es.org/oct_nov_2007/story_23_11.asp#autor

El sitio es un portal de internet que refleja una revista impresa que edita " La Fundación para las Relaciones Internacionales y el Diálogo Exterior (FRIDE).Una organización privada, independiente y sin ánimo de lucro, con sede en Madrid, cuyo objetivo es contribuir a la consolidación de la democracia, la paz, el respeto de los derechos humanos y el desarrollo económico en el mundo. A través de proyectos, estudios, análisis, publicaciones, debates y actividades de información pública, fomenta tanto la reflexión como la acción directa sobre estas cuestiones y contribuye a la orientación de las políticas públicas hacia la consecución de sus objetivos".

El autor del artículo, Ethan Nadelmann es director ejecutivo y fundador de la Alianza para las Políticas sobre las Drogas, de EE UU.